miércoles, 30 de abril de 2014

Mojando el churro



Tienes un antojo, algo que necesitas más que respirar. Debes hacerlo, ya.

Empiezas a moverte, quieres llegar, mirar a los ojos del hombre que se acerca a ti y decirle lo que quieres.

Finalmente, llegas. Le buscas deseosa, no puedes aguantar, tu boca saliva porque el anhelo puede contigo.

Él te mira, parece majo, aunque a decir verdad a ti te importa un pimiento... menos que eso, te importa la semilla de un pimiento. Tú quieres lo que quieres, estas a punto de sacar una pancarta y ponerte en modo huelga porque quieres llamar su atención y que te atienda exclusivamente a ti.

Te habla con su sonrisa floja y tú, muy correcta, le miras con fuego reflejado en los ojos y le respondes con siete palabras que te salen de dentro.

Un chocolate y dos churros, por favor.

Te abanicas. No es que haga mucho calor pero admitirlo en voz alta hace que te den ganas de suspirar del gusto. Por fin vas a saciar tu apetito. Te relames los labios como si ya te imaginases su sabor en tu boca. Ah...

Pasa un minuto. Miras el reloj del móvil. Miras el reloj. Tus uñas repiquetean contra la mesa. ¿Dónde cojones está el maldito camarero con lo que has pedido? ¡Tarda demasiado!

Tres minutos después estás que te subes por las paredes pero por fin llega, lo trae, el Santo Grial, Excalibur, el Anillo único...

¡Vamos, joder, que parece que viene a cámara lenta!

Al final lo deja todo en la mesa con una sonrisa vacilante. Creo que tanta exuberancia le ha asustado, pero vamos, que tienes derecho a enfadarte, nadie se interpone entre ese manjar y tú. NADIE.

Te deja sola con el chocolate y aquellos dos largos, deliciosos, suculentos...

Vale, basta de comer con los ojos, manos a la masa, y nunca mejor dicho.

Pasas de servilletas y lo coges con la mano. Esta caliente, llamándote a que le des un mordisco. Ni azúcar ni leches en vinagre, lo acercas a tu boca y por fin... ¡¡¡por fin!!!

Joder, qué gusto.

Sabes que deberías controlarte para prolongar la experiencia, pero las ganas pueden contigo y te lo acabas en lo que se tarda en decir «churro».

Te queda uno. Y este... este lo vas a disfrutar mojándolo en el oscuro néctar que ha permanecido intacto hasta ahora.

Sonríes como una hiena de El Rey León y lo coges. Todavía sigue caliente. Te dan ganas de metértelo en la boca pero logras mantenerte firme y con la delicadeza de una mula arando lo introduces en el chocolate.

Verlo desaparecer te hace salivar. Pensar en cómo sabrá recubierto de esa delicia es tortura, pero una que pronto acabará. Sonríes más que el gato del cuento de Alicia en el País de las Maravillas y, manche o no te lo llevas a la boca.

Orgasmo culinario modo ON.

Te dura menos de lo que tardas en decir churro, pero es algo con lo que has disfrutado más que... más que... dios, es que no hay palabras. Ha sido uno de los mejores de tu vida, ya sea por las ganas que tenías o porque te has quedado saciada.

Te relames los labios al recordarlo, pagas por los servicios y te vas, más fresca que una rosa y con un paso más animado.

¡Dios, lo bien que se lo pasa una mojando el churro!


miércoles, 23 de abril de 2014

Saga ROCK CHICK


¡Hola!

Nos gustaría hablaros de una serie de ocho libros que tuvo cautivada a una de nosotras desde la primera palabra del primer libro. La saga se llama Rock Chick, y la autora es la favorita de nuestra gafa-pasta más despistada (lo de ser objetiva lo dejamos a un lado...), Kristen Ashley.


Nos gusta que cada título, con excepción del primero, descoloque al lector. A partir del segundo podemos ver que Kristen nos deja imaginando a qué puede referirse esa palabra añadida. Tenemos Rock Chick Rescue, Rock Chick Revenge... imaginaos por dónde van los tiros.

Tampoco nos vamos a poner ahora a responder a lo cuestionario de test porque pasamos de aburrir. Simplemente queremos centrarnos en los elementos clave que creemos que pueden atraer a un público variado y que hagan que o bien os tengáis que ir al baño porque os orináis de risa (perdonad el vocabulario, muy finas no es que seamos) o que os enamoren los personajes.

Si sois como nosotras creo que os pasarán ambas cosas. Seguro que alguna vez os identificáis con alguno de los personajes o lo que hacen, lo que sienten. Bueno, no lo negamos, también hay ocasiones en los que nos quedaríamos tan a gusto dando un sopapo a más de uno o una.


Los protagonistas masculinos de esta serie de ocho libros trabajan como investigadores, policías y, en un caso, al otro lado de la ley, no decimos más. A ellos les gusta controlar, tomar las riendas, ir al grano y dejar las cosas hechas. Sin embargo, se topan con las hormas de sus zapatos. ¿Por qué? Porque las mujeres son de armas tomar, de las que no se quedan quietecitas. Es un cocktail explosivo.

Lo que a algunos lectores les puede no atraer demasiado es quizá la rapidez con la que se desarrollan los acontecimientos. No obstante, de la forma en la que Ashley engloba, explica y hace partícipes a los lectores de lo que pasa seguro que no os deja indiferentes.

Acción, aventura, altas dosis de humor y romances que no os dejarán indiferentes.

Aquí os dejamos con la lista de los ocho títulos, esperamos que les deis una oportunidad:

•Rock Chick
•Rock Chick Rescue
•Rock Chick Redemption
•Rock Chick Renegade
•Rock Chick Revenge
•Rock Chick Reckoning
•Rock Chick Regret
•Rock Chick Revolution
¡Un beso!


martes, 15 de abril de 2014

James Malory

Personaje:
  James Malory
Título:
  Amable y Tirano
Serie:
  Malory 3
Autor/a:
  Johanna Lindsey
Le veo como...:  Chris Hemsworth
Fictional Lover de:  Elfled

Bueno, quizás muchas de vosotras no estéis de acuerdo conmigo en el primer Fictional LOVER escogido pero para las que estamos ya rondando una edad (y no voy a decir cuál) este personaje fue un antes y un después en nuestras vidas literarias.

Conocí a James Malory allá por el año 1994 y, desde entonces, no he podido olvidarle. Es de esos personajes que te calan por su arrogancia, su picardía, su forma de ser tan canallesca. James Malory es de esos protagonistas que, incluso sin ser el principal de la historia (para ello os remito por ejemplo a la novela Tierna y Rebelde), siempre es como un faro en el horizonte; como esa luz azul que atrae a las polillas irremediablemente para freírles el cerebro. Después de conocer a James nada es igual. Todo cambia.

Quienes hayan leído Amable y Tirano me comprenderéis, para las que no habéis tenido aún la oportunidad seguramente podréis pensar que estoy como un cencerro y que se me ha ido la peonza. Quizás tengáis razón pero es que James... James es mucho James.

Es posible que llegara a mi vida en un momento en el que los estudios me agobiaban sobremanera y necesitase una vía de escape; es posible que apareciera en ese momento en el que el que quieres que el amor llame a tu puerta pero no lo hace. No lo sé. El caso es que es un personaje que me fascina. Me ha fascinado siempre y, por más años que pasen y por más veces que relea su historia... más fascinante me parece.

Los momentos vividos en el Maiden Anne no hubiesen sido los mismos sin un hombre como James. Este Muro de Ladrillos nacido de la invención de Lindsey es de mis favoritos. ¿También es el tuyo?


Os dejo una de las escenas que más me gustaron de esta historia y en la que James juega un papel increíble lleno de dobles sentidos.
     -Creo que estás borracho.
     -Mi hermano se ofendería ante esa palabra.
     -¡Al demonio con tu hermano y contigo también! Esto es absurdo capitán.
     Dejó de moverse alrededor del escritorio sólo cuando él se detuvo. Aun tenía la copa en la mano y se las había compuesto para no verter una sola gota. La dejó en la mesa y fulminó a James con una mirada. Él se le devolvió, muy sonriente.
     -Estoy muy de acuerdo, George. No querrás que te persiga alrededor de esto, ¿verdad? Ese de deporte es para viejos chochos y camareras.

     -A quien le siente el sayo... -dijo ella, automáticamente. Al darse cuenta de su error, ahogó una exclamación.
     Él perdió los restos del humor.
     -Pues te haré comer ese maldito sayo -gruñó en voz baja antes de saltar por encima del escritorio.

jueves, 10 de abril de 2014

Panteras

Título:
  Panteras
Autor/a:
  Lena Valenti
Serie:
  Sin Serie
Editorial:
  Plaza & Janés
I.S.B.N.:
  9788401342325
P.V.P. papel:  18,90 €
P.V.P. eBook:  7,59 €
Gafapasteada de:  Yuliss

¿Que qué me ha parecido la novela?

—Sed bienvenidos a la casa de las Panteras —dijo la dama enmascarada. 

Desde que supe el año pasado que Lena iba a publicar un libro en exclusiva con Random, y que además iba a ser histórico, me entraron ganas locas de leerlo. Sentía curiosidad por ver cómo se desenvolvía la autora en un género completamente diferente al que normalmente había escrito hasta ahora: la romántica paranormal y erótica.

Ahora puedo decir que ya me he leído Panteras y ya he visto qué tal le ha ido a Lena en la romántica histórica, y en mi opinión, debo decir, que el género le ha venido grande. Quizá es que tenía expectativas muy altas puestas en la novela y por eso me decepcionó, o quizá es que realmente Lena no supo cómo cambiar de registro.

Panteras es una novela ambientada en el siglo XIX, y como tal debería cuidar más el léxico que se utiliza y la forma de hablar de los personajes, pero no es así. Me dio la impresión de que los personajes estaban sacados (o al menos las cuatro Panteras) del pleno siglo XXI y las habían colocado dos siglos antes. Además, ese final… ¡Ay, ese final! Literalmente hizo que pusiera los ojos en blanco. Yo la verdad es que no lo vi venir, pero me esperaba algo más… no sé, diferente. Si lo leéis, ya veréis a lo que me refiero.

No obstante, sí que tengo que decir que Lena tiene una forma de escribir que hace sentir. Y lo señalo en cursiva porque quiero hacer hincapié en ello. A pesar de lo anterior, que me chocó, en diferentes ocasiones a lo largo del libro lloré como una Magdalena.

Los sentimientos que fluyen de las palabras
son sencillamente brutales y es imposible
no verse afectado por ellos.

Si no lloráis, o sentís lo mismo que la protagonista, entonces es que no habéis estado lo suficientemente involucrados en la historia. Porque otra cosa no sé, pero si hay algo que sabe hacer Lena de un modo excepcional, es expresar emociones a través de sus escritos.



—La cuestión, querida, es que eres una víctima. Te han traicionado y acusado de unos delitos que no has cometido. ¿Por qué? ¿Quiénes? ¿Con qué objetivo? En esta isla tienes muchas posibilidades. —Abrió los brazos y oteó a su alrededor—. Tienes tiempo para olvidar y aprender todo lo que desees; y tienes tiempo para urdir tu venganza. Porque ni yo ni ninguna de las que estamos aquí nos quedaríamos con los brazos cruzados después de que nos hicieran lo que te han hecho a ti. 


Había amores plácidos y amores tormentosos. Y el suyo había nacido de la mayor de las tormentas.


 Inglaterra era una selva de fieras domadas; y en esa selva, las Panteras enseñarían uñas y colmillos.